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jueves, 31 de marzo de 2016

De hospital a joya cultural: el Sant Pau en Barcelona




Hace unos cuantos meses me recomendaron visitar el antiguo Hospital Santa Creu i Sant Pau en Barcelona. Al buscar la dirección me sorprendió la cercanía al templo de la Sagrada Familia, uno de los más famosos al pensar en esta ciudad. ¡Qué gran guiño al diseño urbano!



Vista directa de la Sagrada Familia desde el antiguo hospital


El acceso principal es por medio de una plaza esquinera

El visitante atraviesa primero los pórticos de acceso y llega a una gran plaza esquinera. A su derecha, el acceso principal lleva al edificio administrativo donde lo que nos recibe es una tienda de souvenirs. La boletería está ubicada a un costado de esta tienda, lo cual resulta interesante porque la única ventana en la sala deja entrever un techo de tejas coloridas típicas de este complejo arquitectónico. 

La insinuación que causa esta ventana indica que no entrar sería un error. Con esto me refiero a que la boletería no es lo primero que llegas a ver, sino que se percibe como un punto de chequeo necesario hasta llegar a lo interesante que está allí adentro. Convence. Seduce. Invita. 


En este plano: Resaltan los 12 edificios que se
construyeron respecto a los 36 pabellones del diseño original


Este conjunto de curiosos edificios fue construido entre los años 1902 y 1930. La idea fue dotar a la ciudad de un nuevo hospital general que se alineara a los nuevos descubrimientos y recomendaciones de la época en cuanto a la higiene. 

Las labores médicas en este hospital funcionaron hasta el año 2009 cuando se trasladó toda la actividad asistencial al nuevo hospital, ubicado en una propiedad contigua. Desde ese momento inició un proceso de remodelación y recuperación de los edificios de este conjunto conocido como "Recinto Modernista Sant Pau". 

En la segunda sala del recorrido a visitar se encuentra una gran maqueta con los las edificaciones que sí llegaron ser construidas. En aquella época de inicios de Siglo XX era la pauta la distribución de los pacientes en pabellones separados: los convalecientes aparte de los pacientes contagiosos o post-quirúrgicos. Hombres separados de mujeres. 


El Edificio Administrativo y la plaza esquinera
del acceso principal (Maqueta de gran escala)


La separación ajardinada entre pabellones
(Maqueta de gran escala) 


Luego de la sala inicial con la gran maqueta se baja unos escalones y se llega a la Sala Hipóstila. Esta tiene suficiente altura pues en su momento se pensó que debía permitir el ingreso de carruajes y así fue construida. 


La Sala Hipóstila sirve de acceso a los niveles subterráneos


Durante los años 90, la Sala Hipóstila fue
el sitio del servicio de Urgencias en el hospital


La Sala Hipóstila es preámbulo para los túneles que conectan cada uno de los pabellones. Estas galerías subterráneas fueron útiles para trasladar pacientes, medicamentos y la red de tuberías que hizo funcionar el hospital en sus días. 


Túnel de servicio que une los diferentes
pabellones del antiguo hospital. 


Luego de los túneles, el recorrido vuelve al nivel principal y sale a una gran plaza central. En esta plaza es posible encontrar un mapa-escultura, la cual indica los nombres de cada uno de los pabellones, incluida la Casa de Operaciones central. 


Al centro: la Casa de Operaciones y los
pabellones de pacientes convalecientes a su alrededor


Mapa-escultura en la plaza central 


Al nivel de la plaza, los espacios entre pabellones están embellecidos con jardines, árboles y mobiliario. 

El diseño continúa impresionando al conocer que las angostas torres en los extremos de cada pabellón fueron diseñadas para funcionar como depósito elevado para la distribución de agua. Es esta una genialidad que pasa desapercibida. 



Vista de los pabellones desde el Edificio Administrativo. 



Los jardines entre pabellones


Si nos adentramos en temas de accesibilidad, es curiosa la manera en que todos los edificios de este antiguo hospital fueron diseñados con rampas integradas a la forma y el lenguaje modernista imperante. 



Los pabellones se diseñaron elevados sobre el nivel del terreno para garantizar la ventilación del espacio.


Todos los accesos están garantizados por una rampa integrada al edificio.


Actualmente, la mayoría de los pabellones donde estuvieron las camas de hospital están ocupados por oficinas de desarrollo cultural. Es aquí donde la reflexión lleva a pensar que aunque un proyecto cambie de uso, gracias a la belleza y el diseño arquitectónico, éste puede seguir contribuyendo a mejorar la calidad de vida de una sociedad.


Exhibición temporal en uno de los pabellones
abiertos al público


Una fotografía de gran formato permite hacerse la idea de cómo
 funcionaron las camas de hospital


Detalle de las ventanas que servían a cada una de las camas de hospital


La visita continúa ingresando a una de las pequeñas edificaciones al costado del conjunto arquitectónico. Este punto reúne fotografías y textos que muestran el estado previo de todo el hospital y el proceso de remodelación al que fue sometido. 



El proceso de reforma incluyó la recuperación de las fachadas. Por ejemplo: la eliminación
de todos los equipos de aire acondicionado y otras instalaciones. 



La última edificación a la que es posible acceder es el edificio administrativo. Este ofrece un gran vestíbulo de doble altura, acompañado de enchapes, escaleras, ventanas amplias y bóvedas, todas con un altísimo nivel de detalle. 




Vista del Edificio Administrativo desde la plaza central



Vestíbulo del Edificio Administrativo



Pasillo en una de las alas laterales del Edificio Administrativo 



Vista desde las escaleras principales
del Edificio Administrativo


Al salir de este gran lugar queda una gran sensación de satisfacción a todos los que amamos la arquitectura y la complejidad de los hospitales.

En su momento, el arquitecto Lluis Domenech i Montaner, el gran benefactor y banquero Paul Gil y las diversas comisiones técnicas que dictaron las pautas de cómo debía construirse este hospital catalán jamás se imaginaron que su buen trabajo en obra privada terminara como gran legado para toda una ciudad. No por nada fue declarado este conjunto Patrimonio Mundial en el año 1997 por parte de la Unesco.  


Vista desde el techo del Edificio Administrativo.
Al fondo: el nuevo hospital.



Gracias Barcelona por mostrar un hospital diferente,
lleno de luz e increíbles detalles








viernes, 18 de marzo de 2016

Hopital Saint Antoine, una joya vigente


Hace unos cuantos meses tuve la oportunidad de visitar uno de los hospitales que analizamos durante el curso de arquitectura hospitalaria. Este hospital está inmerso en la ciudad. Abarca una cuadra completa y está tan integrado a su entorno que dudé si habría problema en cruzar el umbral que le da acceso desde la calle Rue de Faubourg Saint Antoine



Me llamó muchísimo la atención las palabras escritas en este acceso: Egalité, Fraternité, Liberté. Una bandera, acceso para algún carruaje y acceso peatonal bien indicado. 


Internamente, llegué hasta un gran patio interno central. Personas iban y venían tranquilamente. El clima veraniego permitía disfrutas de unas cuantas terrazas en el camino. Me pregunté cómo serían las conversaciones y qué sucedería a lo interno de tantas ventanas en la fachada.  

Mi mente trataba de absorber y corroborar lo que había leído en el libro de Florence Nightingale, las alturas de 2 niveles de los pabellones, el patio central, entre otros. 






Curiosamente, hasta ahora que no estoy allí me doy cuenta que debí caminar un poco más hacia lo interno del hospital. También debí caminar toda la cuadra. Me hubiese dado cuenta que al otro extremo está el nuevo hospital que lleva el mismo nombre y se asemeja más al estilo de monobloque vertical. Es allí donde las operaciones médicas se dan el día de hoy. 

No recuerdo si fue el cansansio del día o el trajín por llegar hasta el lugar en metro. Recuerdo que hice varios trasbordos. También pudo ser que no sabía hasta qué momento iba a aparecer una enfermera o un guarda de seguridad que me preguntara en francés qué buscaba allí y por qué tomaba fotos. 


Al final, creo que fue el hecho de que ya estaba atardeciendo y no quería volver ya de noche al hotel. Queda la lección aprendida de caminar un poco más los alrededores de los lugares que visite: qué tipo de comercio se genera, cuántos accesos hay o cuáles edificaciones del mismo hospital se mantienen y cuántos edificios de nueva arquitectura hospitalaria se ha desarrollado.